Historia del Museo

Una afición temprana

Nacido el 15/12/1946 en Benifato, un pequeño pueblo del Valle de Guadalest, Ricardo Fracés se crió en frente de una pequeña herrería donde de pequeño pasaba horas allí, mirando como se arreglaban las bicicletas, motocicletas, radios, relojes, como se soldaban las piezas rotas, como se reparaban escopetas de caza,… Aquí empieza su afición por el mundo de los talleres y de las máquinas.

Con la corta de edad de 13 años ya se atrevió a conducir una Vespa 125 2º modelo, de su padre, esto era en los años 60. A los 18 años soñaba con una Derbi Gran Sport 74, pero solo fue un sueño. A los 19 años intentó adquirir una motocicleta deportiva, la Ducati 125 Sport o la Ducati 200 Elite pero por la precaria economía familiar tuvo que conformarse con una Ducati 175 TS, compartida con su hermano.

Restaurante “El Riu”

Unos años mas tarde, junto a su mujer y hermano fundó el Restaurante “El Riu”. Con los primeros beneficios de este negocio adquirió una Montesa Enduro 360 H6 para poder disfrutar de los numerosos caminos forestales existentes en esta zona montañosa.

Poco a poco empieza a interesarse por el mundo de las motocicletas clásicas y compra una Guzzi 65 y se propone restaurarla. Esta moto era muy conocida entre los aficionados españoles y suele ser una de las primeras que restauran los aficionados o coleccionistas. Por su afición a las Ducati restaura una Ducati 98 Sport.

Su afición va en aumento y empieza a moverse y buscar motocicletas españolas por la zona de Levante. Solía buscar en desguazes y pequeños talleres donde se encontraban motocicletas olvidadas en algún rincón. Así empezó a ser conocido y mucha gente acudía a el a ofrecerle motos que ya no utilizaban y estaban abandonadas.

Viajando por España

Empieza a viajar por toda España y a asistir a ferias especializadas en el mundo del motor. La primera a la que asistió fue en Sils (Girona) a la que le siguieron Barcelona, Madrid, Valencia, Alcañiz, Murcia, etc.

Por sus obligaciones en los negocios familiares se veía obligado a viajar por la noche recorriendo muchos kilómetros en un solo día. Y así, su colección iba en aumento. Todo esto gracias a su tesón y esfuerzo pues si no es por verdadera afición no hubiera sido posible.

Cuando adquiría una motocicleta, nada mas llegar a casa, lo primero que hacia era limpiarla con cepillo y gasolina y ver las piezas que le faltaban pues siempre intenta que queden totalmente originales y así poderlas llevar a restaurar a amigos y mecánicos jubilados que compartían también su ilusión.

En la actualidad la colección de Ricardo esta formada por unas 140 motocicletas y varios coches, obra que no hubiera sido posible sin el apoyo de su mujer, sus 2 hijos y de su hermano y familia.